🌀 El Motor de Cambio Más Poderoso
Puede contradecir mucho de lo que hemos escuchado hasta ahora. Pero, este es claramente el motor desde el que deberíamos servir en nuestro trabajo de impacto.
Depender de nuestras emociones para crear impacto social es un error.
Sí, las emociones (sea la que sea) pueden ser la chispa que inicie nuestro fuego para querer cambiar una situación social. Pero, si basamos nuestro trabajo en ellas, perjudicará nuestro trabajo de impacto.
Las Emociones como Motor
Cuando actuamos desde las emociones, nos volvemos reactivos; experimentamos niveles de energía impredecibles con subidones y bajones; y actuamos desde el ego.
Al final, las emociones se alimentan de cómo algo me afecta a mí. Y por tanto, hacemos cosas como:
centrarnos sólo en hacer más que en reflexionar cómo avanzar;
priorizar el reconocimiento o validación externa, hacer lo más "vistoso";
vernos desde la perspectiva de “yo” y “tú”, “los que ayudan” y “los que reciben”, olvidando que todos podemos dar y recibir;
sacrificarnos en nombre de hacer el bien para los demás.
Sin darnos cuenta, nuestras acciones se centran en nosotros, nuestras inseguridades y necesidades, y no en la persona o la causa que queremos servir.
Más allá de la rabia, la tristeza, la culpa, el deber o la autorrealización, tenemos el motor más poderoso para crear un impacto positivo profundo y sostenible:
nuestra esencia.
Nuestra Esencia como Motor
Cuando cultivamos nuestro bienestar interior, podemos empezar a gestionar (sin reprimir) nuestras emociones, y encontrar nuestra paz interior.
Ya no actuamos porque "me hace sentir bien" o "me siento mal". Yo ya estoy en paz.
Pero, ¿cómo vamos a servir con pasión y entrega desde la paz? ¿No nos llevará a que se apague ese "fuego interno" que nos impulsa a querer cambiar las cosas?
Cuando cultivamos la paz interior podemos conectar con nuestra esencia, la motivación más pura, poderosa e inagotable.
La esencia va más allá de nuestros pensamientos, emociones o logros. Es como una luz interior que nos impulsa a actuar, no desde el miedo, la culpa o la necesidad de validación, sino desde la paz interna, la conexión y el amor. Un amor que incluye el amor propio, el amor al otro, el amor a todo lo que nos rodea.
Cuando conectamos desde nuestra esencia nos enfocamos en el verdadero impacto que queremos generar, sin drenarnos ni perder de vista lo que realmente importa.
Desde la paz interior, la conexión y el amor, nuestra esencia se convierte en el motor de acción más puro, sostenible y transformador ; aquel que realmente nos lleva a crear un mundo mejor.
Acción
Conectar con nuestra esencia es un trabajo constante, al igual que cultivar nuestro bienestar y nuestra paz interior. Pero cuanto más practiquemos, más fácil se nos hará reconocer cuándo estamos desconectados y volver a conectar.
Te comparto prácticas para conectar con tu esencia:
Practica la quietud diariamente: Dedica unos minutos cada día a la meditación, respiración consciente o simplemente a estar en silencio.
Reconoce y gestiona tus emociones: Cuando surjan emociones intensas, obsérvalas sin juzgarlas y sin reaccionar. Pregúntate qué te están enseñando.
Reafirma tu propósito con amor: hazte preguntas que te recuerden tu porqué ¿Qué es lo más importante para mí? ¿Qué me llena de sentido y alegría al servir?
Somos Impacto
No olvides escuchar y suscribirte a nuestro podcast en Spotify, donde conocemos el lado más humano de personas que dedican su vida a crear un impacto positivo.
Como siempre, gracias por estar aquí. Me encantará leer tus comentarios o dudas sobre esta reflexión.
Te mando un fuerte abrazo,
Silvia Haba de Merlo
Fundadora de coimpacta



